domingo, 9 de septiembre de 2012

Aprender a Amar - Osho

Como primera publicación de este blog quisiéramos compartir un resumen de este texto que se nos encargó estudiar, titulado "Aprender a Amar" por Osho.

Osho
(11 de diciembre de 1931 - 19 de enero de 1990) fue un místico indio, gurú y maestro espiritual que escribió más de 650 libros, ganándose el reconocimiento internacional.





Su libro Aprender a Amar, es una lectura amena y profunda donde Osho remece los cimientos de los conceptos que tenemos sobre el amor, creando su propia concepción de un amor distinto al que se nos enseña: un amor satisfactorio y libre de los conflictos generados por los celos o lo posesivo de nuestro ego.

El autor nos invita a rechazar los moldes preestablecidos por quienes nos rodean, incluso nuestros padres, dejando atrás nuestros miedos para descubrir libremente por nosotros mismos qué es el amor.




Aprender a Amar

Osho comienza su discurso explicando que el amor es una de las cosas más importantes, y sin embargo, es un sentimiento desconocido.
Si bien los niños nacen amando, los padres no saben como corresponderles, ya que no saben realmente cómo amar, por lo que terminan criando futuros padres que tampoco sabrán amar. Esto se debe a que el niño se condiciona para recibir ese “amor” que pueden dar los padres, y de esta manera comienza a falsear y pervertir su amor.
A pesar de todo es posible llegar a amar, y según Osho se deben seguir tres pasos:
Primer Paso: Para aprender a amar hay que abandonar el condicionamiento de los padres para ser un individuo que se ame a sí mismo.
Segundo Paso: El amor no busca ni exige la perfección, ya que es algo natural y que parte desde uno mismo.
Tercer Paso: Se debe dar sin esperar recibir, ya que el amor se retribuye inesperada y naturalmente.

El amar no es algo externo, sino que el fruto del crecimiento personal. Cada uno es su propia fuente de la que emerge el amor.
Al amar, el Ego que se crea cuando se es dependiente e indefenso desaparece.
Este ego se va creando durante el desarrollo del niño; los psicólogos definen que a los cuatro años ya se tiene formado el patrón de conducta; a los siete, se definen las actitudes y el ego, y es en esta edad cuando el niño comienza a explorar fuera del círculo familiar dándose cuenta de que en el mundo exterior nadie se preocupa por él y esta situación daña su ego. Es aquí cuando la familia le ayuda a crecer fuerte y seguir acumulando ego para protegerse, como la cáscara de una semilla; pero si la cáscara es demasiado gruesa, impedirá que la semilla brote. La gran meta en esta fase es llegar a dejar de lado el ego, ya que crea egoísmo impidiendo que la persona se sienta cómoda con el mundo, por lo que nunca podrá amar. Cuando se desecha el ego se está en paz con los padres, entiendes y aceptas que no eres el centro del mundo por lo que se puede ser natural y espontáneo: «Flotas y el mundo no está lleno de enemigos».
Al tratar con un niño, especialmente con los menores de siete años, no se debe ayudarle, él por sí mismo debe crecer libremente sin que interfieran en su propio proceso. Uno debe limitarse a amarlo, alimentarlo, quererle y aceptarlo; nunca interferir. Jamás se le debe imponer una creencia o ideología, el momento correcto para comenzar a hablarle a un niño sobre Dios es cuando sea él quien pregunte por Dios, y el adulto debe presentárselo en su totalidad de todas las épocas, culturas y religiones; dándole al niño la libertad de creer lo que él quiera sin temor a equivocarse.
Con respecto a lo anterior tampoco se debe exigir al niño pensar igual que uno, puesto que sólo evolucionará cuando se encuentre en desacuerdo con los padres.
Entre los 7 y 14 años los niños comienzan a experimentar con las energías sexuales; en esta etapa se les debiera permitir convivir con los demás niños, para que en el futuro se puedan relacionar naturalmente con el otro sexo; de esta forma no serán frustrados ni pervertidos.
Entre los 14 y 21 años la sexualidad madura, surge el romanticismo y amor a la belleza.
Entre los 21 y 28 el joven se estabiliza.
Entre los 28 y 35 debiera ser el periodo más agradable, dichoso y armónico de la vida, porque es cuando dos personas se comienzan disolver la una en la otra.
Entre los 35 y 42 años es una etapa más reflexiva donde se ayuda al otro espiritualmente, puesto que a los 42 años ya se debería saber quién eres.
Entre los 42 y 49 años la persona profundiza en la meditación, los miembros de la pareja sienten cosas superiores al amor y la amistad para con el otro, a pesar de ser sumamente independientes.
Entre los 49 y 56 años la independencia es lo central para la persona.
Entre los 56 y 63 años florece el potencial para convertirse en aquello que serás.
Entre los 63 y 70 años se prepara para dejar el cuerpo siendo la conciencia lo primordial. Si ha vivido amando puede morir feliz, bendiciendo toda la existencia.

Gracias a que somos conscientes de nuestro propio ser es que podemos amar. Sin embargo el amor no tiene por qué ser permanente y al igual que todo cambio, trae experiencia. Toda relación tiene altibajos, pero lo más importante es siempre respetar la libertad del otro; sin libertad no hay amor.
El amor debe ser transparente, manifestarse, pero sin exigir ser correspondido, eso debe surgir del otro. El amor también es optimista e inocente, es vida, si nos dejáramos guiar por él, no habría guerras ni odio.
El amor cuando es verdadero no duele, puesto que no oculta un ego detrás (dominación), cuando es puro solamente enriquece, ya que no es posesivo ni dominante.
El amor comparte la alegría sin esperar retribuciones, por lo que todo lo que reciba de vuelta será bueno.
El amor nunca siente miedo, ya que no tiene nada que perder. El miedo es el opuesto al amor, no el odio, ya que el amor es energía, un “templo”, mientras que el miedo es la desaparición de la energía, una “tumba”. Quien ama no teme.
Para llegar a amar se debe enfrentar todos aquellos dolores que siempre se han intentado evitar, ya que ambos son partes intrínsecas de la vida. El no enfrentar los dolores trae sufrimiento puesto que se acumulan y nunca desaparecen.
El amor es un acto de libertad absoluta, no requiere matrimonios. Aunque para que la pareja pueda cultivarle es necesario que desaparezca la excitación, sólo ahí se volverá alegre, íntimo y auténtico y te permitirá compartir tu ser con la otra persona.
Hombre y mujer se atraen porque son opuestos, pero no deben entrar en conflicto por ello. Deben conectar sus mentes; el amor es ciego por lo que requiere del entendimiento con el otro para que pueda ver. El objetivo del amor está en el interior de cada uno, pero sólo puedes encontrarlo cuando eres un todo y no puedes serlo sin el otro.
El odio es complementario al amor y su función debe ser el alejar a los amantes para que puedan volver a unirse, a sentir amor como si fuera la primera vez. Es esta mezcla de amor con odio lo que trae libertad y mantiene al amor fresco.
El amor trae una plenitud espiritual, por lo que el enamorado se siente en soledad, es decir, no necesita a nadie ya que se basta consigo mismo porque se siente pleno. De esta forma es que comparte con su pareja y el mundo, pero no por necesidad, sino porque rebosa de energía y, además, quien ama respeta la individualidad del otro, no invade su espacio ni teme a su libertad.
Esta persona plena puede compartir libremente y esto le trae mucha dicha, puede tener amigos, es centrado e íntegro, además supera sus miedos y el dolor; no siente celos ni un apego posesivo.
Las personas libres, pero sin amor se vuelven frías; las que aman, pero renuncian a su libertad se vuelven esclavas; finalmente las que aman y siguen libres son plenas. Pero para llegar a este nivel es necesario meditar y renunciar al condicionamiento impuesto por la sociedad.
Los miembros de la relación no deben ser la sombra del otro, deben tener sus diferencias ya que la armonía aburre, debe haber algo que no encaje y que valga la pena explorar. Al aceptar las diferencias el amor no será esclavitud, sino que amistad.
El sexo es algo satisfactorio y sagrado que da más éxtasis al amor sin destruirlo; al contrario, le hace más profundo. Por ello el sexo debe ser algo natural y no una obsesión.
Hay que dejar que las cosas fluyan porque así desaparece el ego y llega el amor. Se debe tener la consciencia suficiente para ver que el rio nunca es el mismo y que cada repetición tiene algo distinto.
El matrimonio es un acuerdo económico y sexual que sólo debiera aceptarse cuando surge desde la intimidad. La pareja debe vivir junta antes de casarse, deben ser sinceros y ayudar al otro a serlo.
Al separarse debe hacerse con amor, agradeciendo por los buenos momentos. Terminar con una pareja debe ser para encontrar otra mejor porque el mundo está lleno de gente maravillosa.
Amar es relacionarse constantemente con el otro, de forma que mientras más le conoces más misterioso se vuelve. El amor es una aventura constante que nunca conoce a la otra persona.
Cuando las personas se aman realmente no tienen problemas de comunicación, pueden enfrentar abiertamente los problemas. Quien ama puede ser honesto aunque duela.
El objetivo del amor es que las personas se encuentren, mezclen y fundan como un sexo no sexual.
El amor verdadero sólo existe en libertad, por lo que se debe permitir que haya días buenos y malos. Si una relación sobrevive a la sinceridad será maravilloso y de no hacerlo también es bueno, ya que se habrá salido de una relación falsa.
Se debe ser feliz aunque no se esté en una relación, ya que sólo la gente feliz atrae personas felices.
El amor verdadero no se compadece, sino que es empático.
El amor hace dos cosas: se lleva el ego y te centra.
Existen tres tipos de amor:
-Deseo: va orientado a un objeto, como enamorarse de alguien por su belleza. Es posesivo y celoso.
-Amor sin miedo y libre: el objeto no es importante, sino tu subjetividad. La persona rebosa de amor y regala al amado todo lo bello, partiendo por la libertad. No es celoso ni posesivo ya que está feliz de tener una persona apreciada por los demás. Este enamorado ofrece su amor a todo lo viviente.
-Amor trascendente: todas las divisiones desaparecen y simplemente amas sin fin.



Demás está decir que esperamos que les haya gustado la lectura y el tema les pareciera interesante. Dejamos la invitación hecha para seguir leyendo y descubriéndonos a nosotros mismos.

Esperamos todos sus aportes y comentarios.

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